miércoles, 5 de mayo de 2010

Óxido de hierro.

Poesía.

Óxido de hierro.

Hace unos días, ayer o esta mañana
terminó por coparme la parada,
en el hacer,
esa incómoda pasividad que es la desgana.

Hace unos días, ayer o esta mañana
debí notificarme, en cuerpo y alma,
la inapelable sentencia del tiempo,
la inalpelable sentencia de una sola
y premiosa instancia.

He perdido las ganas de pulir los cielos de la mañana
de aserrar las lluvias, de pintar las nubes
de aprisionar el sol para limar sus rayos.

Ya no tengo ganas de atornillar las hojas de los árboles,
ni de quitar tornillos a los pájaros para dejarlos saltar
.......................de rama en rama

No tengo ganas de dar más torque al agua límpida de los bronces,
ni de cortar con tijeras de acero las puntas de las estrellas

No tengo ganas de amolar la luz del día.
ni de llenar de clavos brillantes la negritud de la noche.

He perdido las ganas de sostener el martillo
la cuchara, el pincel, la espátula
y ya no tengo ganas de enlucir nada:
ni el fuego, ni la tierra
................ni nada.

Tendré que acostumbrarme a recibir el cielo en bruto cada mañana
las lluvias como vienen, las formas sin formas de las nubes.
Tendré que aprender a inventariar el tiempo en las goteras
Tendré que exonerar al sol
del duro cepo de la prensa
cada mañana.

Tendré que aceptar (como una ley inexorable)
la herrumbre de las limas.
el cimbreo de la hoja de la sierra,
el novedoso peso del martillo,
y la lenta oxidación de la luz
.............en los días traseros
.......................de cada lluviosa jornada.


Alfredo Arri, marzo 2010

o0o

2 comentarios:

  1. Querido Alfredo:

    Aquí sigo, siguiéndote. Nada que decir en cuanto a la poesía, salvo que,como siempre tratándose de tí, me conmueve.
    En cuanto al mensaje...,de ser más que licencia literaria, recordarte que el talento no lo tienes oxidado,sino reluciente. Un placer renovado leerte.

    Un abrazo y hasta pronto.

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  2. Gracias, Atlantida.

    Lo que está oxidado por aquí, en realidad, es el día. Los días del otoño (estamos en el Sur) tienen un poco de eso, de herrumbe... Sobre todo las hojas de los árboles. Las que quedan.

    Decididamente, me gusta más cuando los árboles reverdecen. Pero eso será, por aquí, en setiembre.

    Otro abrazo para vos!

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